No puedo más, no lo soporto. A veces pienso que si me muriese a nadie le importaría un carajo, o sí, pero se acordarían de mi una vez muerta.
Lo peor de todo esto es que ya soy lo suficientemente racional como para prever las posibles consecuencias del hecho de cortarme y no lo hago, pero aún así necesito sentir el metal frío entre mis dedos, el temblor de mis manos, el contacto de la hoja sobre ese primer milímetro de piel a punto de ser desgarrado, la presión, la penetración, ver el enrrojecimiento de la piel, después la sangre en esa primera gota minúscula... y así empieza el corte; la profundidad que oscila indecisa, los latidos, mi respiración se ahoga entre sollozos, mi mano derecha está tensa mientras que la otra se entumece y tiembla esporádicamente, los tejidos se abren, la presión cesa, la sangre brota, y yazco entre los pies de mi cama y la puerta cerrada; acurrucada escuchando mi corazón que late más despacio, y lloro, porque sé que los príncipes azules no rescatan princesas bipolares, histéricas y feas cuya actividad escapista consiste en automutilarse.
Title turns out to be absolutely hilarious, really!
I'm so fucked up.
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