20.9.10

Escribiendo para no llegar a la decisión final de ponerle un fin a mi existencia (Last night)

Quiero morirme. En este momento. Ya. Necesito Sertralina. Quiero mi Zoloft. No quiero ser bipolar. Quiero ser normal. Quiero ser feliz. Quiero cerrar los ojos y no abrirlos nunca más. Quiero que me adopten. Necesito que me necesiten. Quiero ser hermosa. Quiero a mi psiquiatra. Necesito mi Rivotril. Sobredosis de Rivotril. Sobredosis. Intento de suicido. Quiero volver el tiempo atrás y no destrabar la puerta del baño. Sangre. Hoja de sacapuntas. Lágrimas. Pastillas. Mamá. Papá. Dolor. Soledad. Abandono. Desilusión. Llanto. Quiero dejar de odiarme. Ibupirac 600. Valium. Ritmo cardíaco. Soy un fracaso. Tengo miedo. Vos no tenés ni la más mínima idea de lo que significás para mí. Regresiones. Insuficiencia. No sé. Estoy mal. Yo puedo sola. Mentiras. (Horas después). Show must go on.

9.9.10

Fui Amélie Poulain por una noche, algo así como "Le Fabuleux Destin d'Mercedes Senise".

Por momentos era protagonista, por momentos expectadora. Todo era sumamente extraño; sobre todo el hecho de verme quince centímetros más alta, con veinte kilos menos y luciendo mi pelo negro y lacio en ese característico corte carré.
Los hechos se desarrollaban en un shopping irreal cuyo nombre nunca supe (esto se convirtió en leitmotiv para mi subconsciente en los últimos meses), y el argumento mantiene ciertas similitudes con la historia original, teniendo en cuenta que recuerdo haber asistido a varias personas desconocidas en situaciones cotidianas dentro del mismo escenario previamente mencionado.
En cuanto a Nino no tengo mucho que decir, más que lo veía como una figura borrosa, no literalmente, me refiero a que me resultaba muy difícil llegar a él porque siempre surgía alguna complicación, o desaparecía, o esas cosas raras y típicas de los sueños.
A diferencia de Audrey, yo tuve un obstáculo en mi debut como actriz de cine francés, se trataba de un hombre misterioso que me perseguía. Nunca supe exactamente qué quería de mí o cuales eran sus intenciones, pero me acechaba y me llenaba de miedo.
Tenía una imagen prolija, seria; usaba un sobretodo gris y uno de esos sombreros que me encanta como quedan en los hombres, también gris. Sus facciones eran delicadas pero masculinas, llevaba una media sonrisa cerrada casi permanentemente sobre su comisura derecha, y lo que apenas recuerdo de sus ojos era una mirada sujestiva.
Siento como si estuviera describiendo a un criminal y, curiosamente, al hacerlo se materializa también la imagen de una persona conocida en mi retina #AsociaciónCoughCough.
En fin, nunca entendí por qué huía de él realmente, pero algo me decía que tenía que hacerlo.
Básicamente eso es lo que recuerdo de mi sueño -o lo que creo pertinente destacar-... Ah, no. Falta el final.
En esta "escena" me encuentro en el lugar de expectador y veo a una señora mayor (que me recuerda a mi ex profesora particular de Historia y Sociología, a la que siempre recuerdo con cariño) tomando el té con una niña de siete u ocho años en un balcón-terraza soleado con vista a un lago - abundaba la elegancia y el buen gusto; muy mediterráneo, muy europeo-.
La mujer le estaba contando el relato de mi sueño, se supone que no era la primera vez que lo hacía, ya que lo primero que hice ni bien hubo terminado fue preguntarle con desilución:
"¿Pero Amélie no se queda con Nino?"
A lo que ella respondió con aquellos ojos turquesas de esperanza y su sonrisa pícara en un dulce susurro:
"No esta vez."

1.9.10

As the Princess waits...

The awful feeling of trying to get rid of someone who acts as if he cared about me but never really did so.
If I let this get any further, you'll use me once again. But I won't be smoked and thrown away just like one of your cigarettes, darling.
Not this time.
My heart and soul are not disposable dishes for you to use, they belong to someone else; the knight in crystal armour that seems to have forgotten me, even when the tower in which I'm locked up is right in front of his eyes.
Still I wait.